jueves, 28 de febrero de 2013

El pelo de los profesores

Esta entrada puede parecer un poco atrevida, no niego que no lo sea, pero es sin duda muy graciosa y algo en lo que todos nos fijamos cada día.
En cuanto a los peinados, en nuestros pasillos, son abundantes y poseen una amplia diversidad.
Existen los de raya en un lateral y peinado hacia el otro lado (clásico), los rizos "amaestrados" y bien situados, alguno que intenta disimular su escasez con un "mini-flequillo" echado hacia delante aposta, otros sin ni un pelo, otros con un peinado salvaje, incluso alternativo, pero a continuación llega el líder y el más visto, que parece no pasar de moda nunca y que lleva reinando en nuestro colegio desde el principio. Ese peinado es, como todos adivinaréis, el del pelo a los lados y nada arriba, en contra de las clásicas mohicanas.
La verdad es que ese pelo tiene muchísima historia en nuestro colegio y probablemente sea un icono que nos representa casi como el escudo.
Pero no os riáis mucho, en un futuro no tan lejano, seremos nosotros los continuadores de esta leyenda.



Ignacio R-T

La luz "mata-estudiantes"

La verdad es que ya he dado con el gran culpable de que muchos estudiantes fracasen en las asignaturas, pese a haber intentado realizar todas las tareas.
Esto se debe a la famosa lucecita roja de la "Blackberry", la cual tiene más bajas detrás que cualquier tirano dictador. Ahora yo os pregunto: ¿Quién no ha intentado estudiar con la Blackberry al lado y girar 90 grados tu cabeza para darte cuenta de que la luz roja está parpadeando y diciéndote: "ven, léeme"?
Pues bien, una vez que apoyas la palma de tu mano y te auto-convences de que solo vas a estar dos minutos, es cuando ya as perdido la batalla. La Blackberry ya te ha enredado y te ha hecho participe de su juego.
Poco a poco pasan los minutos y tú no te das cuenta, porque estás quedando en reservar el "Carlos Ruiz" para un partido de fútbol.Conforme acabas de responder y de leer, miras el reloj y para tu asombro son las 09:00 y no paras de escuchar el grito de "la cena está en la mesaaaaaa". Ahí es cuando tú ya miras el horario del día siguiente y te das cuenta de que tienes clase de matemáticas después del descanso. Tú juras y perjuras que vas a hacer los deberes en el descanso, hasta que te encuentras el bocadillo de jamón con aceite y tomate en la mochila a la hora de sacar los libros correspondientes al descanso y dices: "Bah si es mi primera falta de deberes..."



Ignacio R-T

miércoles, 27 de febrero de 2013

Publicar una entrada

Lo que nos piden los profesores de hacer en el blog es publicar una entrada, ¿o no es así? Pues yo voy a publicar una, no digáis que no cumplo el reglamento a rajatabla.




Ignacio R-T

Dar a luz


Muchos de vosotros que alegáis en vuestra defensa que os cuesta escribir entradas en el blog, pero que tenéis ideas, dejar el periodo de gestación y DAR A LUZ!





Ignacio R-T

lunes, 18 de febrero de 2013

¿De verdad racionales?¿Y libres?

Estimados lectores, las preguntas que formulo en el título de la entrada, vienen a raíz de una clase de filosofía cuyo contenido y ejemplos me ha fascinado. Así que trataré de explicároslo de la mejor forma posible, conforme a lo aprendido en clase.
Respecto a la pregunta de si somos seres racionales o no, en mi colegio se realizó un experimento para hallar la solución, basándose en lo enunciado por Ariely. Este experimento consistía en una venta de "chupa chups" al alumnado. Existían dos tipos de "chupa chups", uno de calidad, y otro de segunda (así lo llamaremos). Se establecieron dos precios distintos: 14 céntimos el de calidad y 6 céntimos el de segunda y el resultado de compradores fue de un 80% (el de calidad) y de un 20% (el de segunda). A continuación se redujo a tan solo 1 céntimo el de segunda y 8 céntimos el de calidad. El porcentaje era muy parecido al anterior. Pero, al establecer el precio del de segunda como 0 céntimos, es decir gratis y el otro 8 céntimos, todos cogieron el chupa chups GRATIS. Esto demuestra claramente que el hecho de que algo sea gratis, de alguna forma nos inhibe nuestra racionalidad y no tenemos en cuenta los dos precios, sino que nos lanzamos a lo gratuito.
Sin embargo, para explicar como a veces, a causa de la sociedad o nuestro entorno, no somos libres o no decidimos lo que en realidad pensamos que es, quiero que veáis el siguiente vídeo que os dejará perplejos, sobran las palabras. 



Ignacio R-T

martes, 12 de febrero de 2013

Leer al revés

oeseD euq siáel etse otxet. éS euq edeup res odaclipmoc, orep yum oditrevid, nis anugnin adud.
A odunem em otnugrep éuq rop on somibircse odot la séver y on son somíer ed sodot solleuqa euq, nis olremoc in olrebeb, es naútis le orbil ne nóicisop atseupo a al adicelbatse.
serboP solleuqa euq nos sodarim lam rop al dadeicos rop ri odneyel le orbil la séver. oY ol oev ed ol sám lamron, ísa euq orepse euq siérimda a solleuqa euq neel acob ojaba, otseup euq neneit nu otirém royam. agzuJ út omsim.



















SOLUCIÓN:


Deseo que leáis este texto. Sé que puede ser complicado, pero muy divertido, sin ninguna duda.
A menudo me pregunto por qué no escribimos todo al revés y no nos reímos de todos aquellos que, sin comerlo ni beberlo, se sitúan el libro en posición opuesta a la establecida.
Pobres aquellos que son mirados mal por la sociedad por ir leyendo el libro al revés.  Yo lo veo de lo más normal, así que espero que admiréis a aquellos que leen boca abajo, puesto que tienen un mérito mayor. Juzga tú mismo.



Ignacio R-T

El principito

CAPÍTULO XXVIII

Nuestro querido principito, acudió a un último planeta, muy distinto de todos aquellos en los que había estado. En este planeta, el suelo era el cielo y el cielo era el suelo. La gente que allí habitaba, andaba con la cabeza y no con los pies, y las copas de los árboles estaban estancadas en el suelo, mientras que las raíces se movían azotadas por el fuerte viento.
El principito se dio cuenta de  que este planeta era conocido como: "el planeta de las cosas al revés". El principito, intrigado, le preguntó al campesino más pobre, dueño del planeta, si sería capaz de plantarle en el suelo (cielo) y hacer que su amada flor despegara de él.
El principito, deseaba ser amado por la flor que él tanto amó, así que el dueño del planeta le concedió su deseo.
Era de noche en "el planeta de las cosas al revés". Nuestro protagonista, tiritando de frío,  vio  a su querida planta caminando a lo lejos y automáticamente se le dibujó una sonrisa en la cara. La planta, se fue acercando cada vez más  hasta estar prácticamente juntos, y cuando el principito se dirigía a pedirle si le podía proteger del frío, esta se dio media vuelta, demostrando así su maldad. 
El principito se sumió en una fuerte depresión, pero su amor por su flor vivió para siempre. Se cuenta que la flor falleció comida por una hormiga (en el planeta de las cosas al revés) y que el principito sigue estando plantado en dicho planeta, plantado físicamente y plantado sentimentalmente.




Ignacio R-T